Photho credit: Annabelle Avril/WECF

por Floridea Di Ciommo

La 27ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) se celebró en Sharm el-Sheikh, Egipto, del 6 al 19 de noviembre de 2022. Sobre la base de los resultados y el impulso de la COP26 en Glasgow (Reino Unido) el año pasado y las negociaciones en la SB56 en junio de este año en Bonn, se esperaba que los países demostraran en la COP27 que están en una nueva era de implementación al convertir sus compromisos, bajo el Acuerdo de París, en acción.

Los logros actuales son inciertos en cuanto al futuro y modestos en cuanto a la justicia climática feminista. En este día de 25 de noviembre de 2022 en el que recordamos a nuestras hermanas robadas y abogamos por no tener nunca más una «hermana robada», cambiaMO, observadora de la COP27, afirma que algunos aspectos destacados más allá del fondo para pérdidas y daños (L&D, por su sigla inglés) todavía tienen que indicar las vías de implementación, y, una vez más, dejan a la sociedad civil en la incertidumbre sobre la vía de implementación que se elegirá. Esperamos que los avances del fondo para pérdidas y daños se distribuyan de forma justa, anticolonialista y antipatriarcal, y no sirvan de excusa para eludir responsabilidades anteriores.

Las medidas de mitigación, incluida la eliminación de los combustibles fósiles, deben mantenerse como un punto clave de la agenda de la COP. Necesitamos un compromiso firme para reducir el alto consumo de los países con altas emisiones. A nivel mundial, los hogares con ingresos en el 10% más alto contribuyen a cerca del 36-45% de las emisiones globales de CO2. Necesitamos un compromiso con el sistema de transporte: un tercio de las emisiones están relacionadas con la movilidad de personas y mercancías, pero los hallazgos científicos sobre las movilidades activas, como los desplazamientos a pie y en bicicleta, son marginados en las negociaciones intergubernamentales. La mera sustitución de los actuales vehículos privados con motor de combustible fósil por vehículos privados eléctricos no será suficiente para mitigar el cambio climático, ni siquiera para adaptarse a él.

Los resultados de la COP27 fueron el primer acuerdo medioambiental multilateral que incluyó una referencia explícita al derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. Esto debería abrir un camino para el reconocimiento de este derecho para todas las personas que necesitan saber qué está pasando, por qué está pasando y cómo puede reclamar su derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible.

La aprobación del Plan de Acción para el Empoderamiento en el Clima (ACE-Action Plan, por su sigla inglés) ha supuesto un atisbo de esperanza para que las Partes comprendan que no habrá justicia climática sin Derechos Humanos. Basado en el artículo 12 del Acuerdo de París sobre educación en materia de cambio climático, el Plan de Acción ayudará a desarrollar capacidades para proteger y mejorar los derechos de acceso a la información, a la participación pública y a la educación. El plan se acerca a un análisis interseccional centrado en las necesidades de la infancia y la juventud, las mujeres de todas las edades, los pueblos indígenas y las personas con diversidad funcional.  Sin embargo, lamentamos que las negociaciones colaborativas para la elaboración del ACE, incluyendo la experiencia de las observadoras, hayan sido una excepción durante esta COP27. Exigimos el mismo estándar para todos los temas, desde el L&D, la adaptación, la mitigación y el artículo 6 hasta el Plan de Acción de género.

Desde nuestra perspectiva cooperativa, destacamos la eficacia de la acción climática comunitaria y desde abajo, incluyendo ejemplos de regulación positiva para promover la producción descentralizada de energía renovable en las comunidades energéticas. Un ejemplo positivo incluye la regulación en España, donde comunidades de vecinas y vecinos pueden obtener permisos para producir juntas energía. Sin embargo esta regulación necesita ser apoyada por una ambiciosa inversión en el desarrollo de capacidades para no dejar a nadie atrás. En todo el mundo, la mayor parte de la instalación de paneles solares sigue siendo accesible sólo para la clase media-alta y bien educada. Abogamos por una democratización de las soluciones climáticas justas para mitigar el cambio climático, pero también para adaptarse a él. Pedimos soluciones tecnológicas frugales, asequibles y, como dice Anne Barre, de Women Engage for a Common Future (WECF), «basadas en el cuidado y el bienestar, uniendo el conocimiento ancestral de las mujeres indígenas con la ciencia moderna para la protección de los ecosistemas, fortaleciendo los derechos laborales de las mujeres en los territorios afectados por el clima y apoyando modelos cooperativos para una transición energética que incluya el enfoque de género».

cambiaMO promueve un enfoque de transición climática inclusivo, interseccional y justo, defendiendo una movilidad urbana e interurbana sostenible, con la justicia social en el centro de las transformaciones de los sistemas, incluidas las infraestructuras y los servicios relacionados, principalmente en los sectores de la movilidad y la energía.